CARNAVALES
SILIÓ.
PRIMERO DEL AÑO
En el municipio de Molledo, en el valle de Iguña, en pleno valle del Besaya. Se trata de una zona situada en el centro de Cantabria, entre los valles de Pas, Saja y Campoo y tiene al norte el Cantábrico.
Poco más de 300 kilómetros cuadrados, integra nueve municipios por los que discurre el río Besaya.
La Vijanera
El primero domingo del año y se celebra en la localidad cántabra de Silió para festejar la entrada del Año Nuevo y despedir el Año Viejo.
Hermoso ritual relacionado con la muerte y la vida, en el que participan numerosas máscaras de gran colorido y fuerza estética.
Personajes
El ‘zarramaco’, que encarna al guerrero del bien.
Con pieles de carnero y adornado con grandes campanos, su rostro se pinta de negro. Con el ruido que producen sus campanos tratan de ahuyentar los malos espíritus. Son los encargados de sacar al oso de su hibernación.
El oso es otro de los personajes protagonistas de la Vijanera. Vestido con pieles de oveja y con hocico de madera, el oso y su amo, forman parte del simbolismo de la fiesta.
Simboliza el peligro que acechaba a los ganados y los hombres, por lo que representa el mal, mientras que el amo es parte del bien.
La gorilona, los danzarines blancos, la pepa, la madama, los viejos, los guapos...
Los trapajeros o traperos vestidos con tiras de vivos colores, los trapajones cubiertos de hojas de mazorcas secas, zorroloco, la preñá… Su simbolismo, supone la desinhibición absoluta presente en todos los carnavales.
Su función se halla en sus movimientos a lo largo del desfile.
Sacudiendo su palo lleno de trapos, tiras de ropas viejas, cubriendo su rostro con una careta; el traje, se embadurna en barro o excrementos de animales que sacude preferentemente a las féminas, representando así un rito de fertilidad.
La confección de estos trajes la organizaban cuadrillas de mozos que recorrían todo el pueblo pidiendo ropas viejas.
En documentos los traperos portaban una vara de unos 2 metros con caretas en sus extremos que utilizaban para asustar a las gentes por las ventanas y sacudir las panojas de los balcones.
Los traperos, como los trapajones, se encargan de que los asistentes no invadan el espacio destinado al desfile de los vijaneros
LA FIESTA:
Representa el deseo de desterrar el pasado y preparar el camino al entrante nuevo año para que comience con ilusión y buenos augurios.
Comienza al filo de las 6,30 de la mañana:
Los jóvenes vijaneros salen por el pueblo para hacer sonar los grandes campanos y despertar al resto de vecinos.
Sobre las 11 de la mañana:
Pequeños grupos desde los caseríos y casas particulares van conduciendo a los vecinos y visitantes hacia un parque, donde van apareciendo los diferentes personajes de la Vijanera.
En ese momento se produce la captura del oso.
Mientras, en los límites del pueblo, ‘la raya’, se produce la lucha para defender la raya, un frenético baile en el que participan los zamarracos y el danzarín blanco.
Tras ellos se cantan las coplas: crítica del año que acaba.
Los mozos vijaneros se reúnen en la plaza del pueblo y leen unas coplas en lenguaje popular, que con tono jocoso e incluso con ensañamiento, analizan lo sucedido en el pasado año desde nivel local al internacional.
Y se produce el parto de la ‘preñá’, que simboliza el nacimiento del nuevo año.
El carnaval finaliza con la muerte del oso. Este animal escoltado por el amo, los zarramacos y otros personajes, llega a la plaza de la iglesia donde es asediado por los presentes hasta morir.
Simboliza el triunfo del bien sobre el mal y el deseo de buenos propósitos para el nuevo año.
ORIGEN
Diversas teorías al respecto:
- Podría derivarse de los cultos naturalistas propios de la Cantabria prerromana, en los que se adoraba al sol, la luna, los ríos y las montañas.
- Del rito celta del solsticio hiemal, que celebra el alargamiento de los días y el lento despertar de la Naturaleza.
- Entronca con tradiciones romanas. El dios romano Jano es el encargado de presidir el Carnaval de La Vijanera. Jano (Janus en latín) deriva de Jauna, puerta, lo que puede querer significar, si tomamos en cuenta el prefijo vi- (bi-, dos),Vi Janera: “puerta entre dos años”.
RESTOS HISTÓRICOS CERCANOS
El valle del Besaya ha sido desde la época romana la principal vía de comunicación entre la costa y la meseta
- Manifestaciones rupestres de la cueva de Hornos de la Peña.
- Las estelas cántabras ubicadas en el Parque de las Estelas de Barros.
- Los tramos de calzada romana de Mediaconcha y de Collado de Cieza.
- Las iglesias prerrománicas de San Román de Moroso y Helguera de Iguña.
- Las románicas de Silió y Yermo.
LA TARASCA EN LOS CARNAVALES
Llegada esta época se revive en los Carnavales viejos mitos y tradiciones, con seres de leyenda, con personajes históricos o inventados, con personificaciones de animales, con alusión a los espíritus o los entes nacidos de la imaginación popular y colectiva, supervivientes de otras épocas.
Los historiadores ubican el origen del Carnaval hace 5.000 años, siempre con el espíritu de subversión, con la libertad por bandera identificadora.
Es un juego disfrazado en ficción por la cual el hombre se libraba de sus miedos y cuitas, haciendo con palabras atrevidas y burlas descarnadas representaciones grotescas y sátiras, la mayoría de las veces al poder opresor. Son celebraciones dinámicas, coloristas y participativas.
Con Carlos III se conoció un nuevo resurgir del Carnaval tras el cual y después de sufrir altibajos, será en el siglo XIX cuando adquiere su mayor esplendor y difusión.
La Tarasca
Animal selvático y montaraz, una especie de dragón con seis cortas patas parecidas a las de un oso, un torso similar al de un buey, con un caparazón de tortuga a su espalda y una escamosa cola que terminaba en el aguijón de un escorpión

Durante la Edad media, alcanza gran popularidad una leyenda sobre la Tarasca y santa Marta en la región francesa de Provenza, que se recoge en La leyenda Dorada de Jacobo de Vorágine y que aparece citada en un libro titulado La Leyenda Dorada (1264), cuyo autor es el monje dominico Santiago de la Voragine: La Tarasca vivía en un pantano próximo a la ciudad de Tarascón, en Francia.
El animal causaba muchos daños y pérdidas humanas, de forma que un grupo de lugareños decidieron matarlo. La Santa pasaba por el lugar cuando el animal iba a dar fin de los cazadores, así que apaciguó al animal y cabalgó sobre él demostrando a todos que había dejado de ser peligroso.
El ‘animal’ ancestral enfundado con un enorme armazón de madera y tapado con unos sacos;esta bestia está coronada con una calavera de res, abre y cierra sus fauces delante de todos aquellos que se atreven a ponerse a su alcance sembrando respingos, carcajadas y algún que otro enfado.
Es transportado por cinco jóvenes que, cobijados en su interior, empujan los temores que causaba su ‘cla-cla’ y la simbología que representaba.
También la “Vaca romera”, “vaca merina” o “vaca rabona” es una tradición que consistía en que dos mozos del pueblo se disfrazaban de vaca y salían corriendo detrás de la gente del pueblo.
Aunque se conserva en Tolbaños de Arriba, Hacinas, entre otras, es bien sabido que la fiesta se celebraba en numerosas localidades de la provincia, como Arauzo de miel, Castrovido, Contreras y otras localidades de la zona.
Asociada con la Leyenda de Santa Marta, la Tarasca es descrita como una criatura de dimensiones de un dragón, tiene 6 patas cortas muy similares a las de un oso, tiene una gran caparazón en su espalda como la de una gran tortuga, su torso es el de un fornido buey, su cabeza es como la de un león pero con orejas de caballo, y está dotado con una cola con aguijón como la de un escorpión. Siempre se le describe con una mirada penetrante y un rostro que dibuja una desagradable expresión.

Así en Granada, Tudela, Valencia, en Cataluña donde reviste la forma del Drach en Villafranca; la Mulassa, en Reus; la Patum, en Berga;en Torrejoncillo del Rey (Cuenca),en Madrid, en Zamora desfilan Tarascas en las procesiones del Corpus Christi.
La criatura mitológica de la Tarasca ha vuelto a pasear por La Habana tras 200 años de ausencia, en un carnaval callejero(2011) que busca revivir y modernizar esa tradición en Cuba y en el que el público “lanza” sobre el muñeco las cosas malas de su vida antes de ser quemado en una hoguera en pleno Malecón.
Con su cuerpo de dragón —aunque en la calle muchos le confunden con un escarabajo y hasta un caimán— la tarasca cubana regresó esta semana convertida en “chivo expiatorio” y protagonizó tres días de desfile inspirado por las antiguas procesiones del Corpus Christi en la Isla.
Comentarios
Publicar un comentario